miércoles, 24 de septiembre de 2008

La abdicación de O'higgins - 28.01.1823




La abdicación de O’higgins


En 1823 se produce la abdicación al mando del Director Supremo don Bernardo O'Higgins.


Varias situaciones conllevarían a que tomara tan trascendental determinación luego de producirse la independencia nacional, tales como, los cambios produci­dos en la sociedad lo que provocó princi­palmente el resentimiento de la aristocracia al abolirle los títulos de nobleza, la im­plantación de impuestos en forma autorita­ria, las medidas tomadas en relación a aspectos religiosos que aparecían, tolerando a la religión protestante disidente de la católica, como así mismo el fusilamiento de los hermanos Carrera y de Manuel Rodrí­guez produjeron un mayor resentimiento hacia O'Higgins, aun cuando existen com­probadas circunstancias que intentó impe­dir la ejecución de Juan José y Luis Carrera y que la sentencia se llevó a cabo al llegar tarde el mensajero enviado a Mendoza.


El día 28 de enero de 1823. reunido el Cabildo Abierto se le dio a conocer a O'Higgins la voluntad de que abandonara el poder a fin de evitar una guerra civil.


El Director Supremo respondió: "No pueden arrogarse la representación de la República; no me atemorizan ni los gritos sediciosos ni las amenazas. Desprecio hoy la muerte como la he despreciado en los campos de batalla. No puedo ni debo seguir la discusión iniciada en la forma que ha tomado. Si queréis discutir seriamente la situación del país, buscad el remedio que conviene adoptar; designad algunos indivi­duos respetables con quienes pueda seguir tratando tan graves asuntos".


Ante tal situación fueron designados los señores Agustín Eyzaguirre, Fernando Errázuriz, José Miguel Infante, José María Guzmán, Bernardo Vera, Joaquín Campino, Juan Albano, Antonio Mendiburu, Nicolás de la Cerda, Juan Agustín Alcalde y Mariano Egaña que actuaba como secreta­rio.


Luego de discutidos los aspectos en comento, se nombró una Junta formada por Agustín de Eyzaguirre, José Miguel Infan­te y Fernando Errázuriz, al aceptar O'Higgins abandonar el Gobierno.


Ante la Junta designada, el Director Supremo expresó al dejar el mando: "Si no me ha sido dado dejar consolidadas las nuevas instituciones de la República, tengo al menos la satisfacción de dejar a la Patria libre e independiente, respetada en el exte­rior y cubierta de gloria por sus armas victoriosas. Doy gracias al cielo por los favores que ka dispensado a mi gobierno y le pido que proteja a los que hayan de sucederme".


Enseguida desprendiéndose de su banda y colocándola sobre la mesa dijo:

"Ahora, soy un simple ciudadano. En el curso de mi gobierno, que he ejercido con una grande amplitud de autoridad, he podido cometer faltas, pero creedme que ellas habrán sido el resultado de las difíciles circunstancias en que me tocó gobernar y no del desahogo de las malas pasiones.


Estoy dispuesto a responder todos los cargos que se me hagan; y si las faltas han causado desgracias y que no pueden purgar­se más que con mi sangre, tomad de mí la venganza que queráis. Aquí está mi pecho".


Tal alocución causó mucho sentimien­to entre los asistentes, lo que les hizo acla­marlo con un "¡Viva O'Higgins!"que estre­meció el ambiente.


Luego éste se retiró de la sala dicien­do: "Mi presencia ha dejado de ser necesa­ria aquí".


O'Higgins luego de abdicar al poder se trasladó al Perú, país que le donó una pro­piedad, la hacienda Montalván, donde vivió hasta su muerte.


Además debemos afirmar que todo este proceso del día 28 de enero de 1823 puso término a la etapa de la Patria Nueva en Chile.


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