miércoles, 24 de septiembre de 2008

Introducción al blog - ¿Qué es la Independencia?




¿Qué es la independencia? ¿ Qué significa ser un país independiente?


Independencia es, en pocas palabras, la capacidad de un país de “mandarse en su propia casa”.


Nos permite la interacción mundial, comerciar y mostrar nuestro trabajo a los otros países alrededor del mundo; decidir sobre nuestro futuro, tomar nuestras propias decisiones, y que estas no sean tomadas por una potencia extranjera.


Un gobierno democrático es la forma más clara de demostrar nuestra independencia, elegido por todos, para todos; y si no nos gusta, tenemos la opción de quitar el poder otorgado durante el próximo periodo de elecciones.


En nuestro país, antes de apreciar las ideas de la independencia, éramos dependientes de la corona española.


Todo esto de la independencia no es antiguo, aún el día de hoy, hay países dependientes de otras potencias como Reino Unido, Francia, Estados Unidos, etc. Algunos de estos países son: Bermudas, Gibraltar, Santa Helena, Islas Malvinas, etc.


Este blog tiene por función relatar un fragmento de la historia de Chile: la Independencia

El siglo XVIII



Durante el siglo XVIII se produce en el mundo una serie de cambios que van a conmover a la humanidad tanto por los idearios filosóficos como por hechos reales manifestador por sus protagonistas.

Presidido de la época floreciente como es la primera parte de la edad moderna en que se desarrollan el renacimiento, el absolutismo y la reforma movimientos con los cuales se logra el auge en muchos de los aspectos de la vida humana, observamos que al llegar a su fin esta edad en el siglo 18 se manifiestan signos de decadencia pero también de esperanza para el hombre que busca la libertad, esto se ve en dos acontecimientos que repercutirán en el alma americana, como fueron la Independencia de EEUU y la Revolución Francesa.


La Independencia de EEUU








Las colonias inglesas en América del norte fueron las primeras del continente en conquistar su independencia.

La causa fundamental por la cual se inició la lucha por la independencia en los Estado Unidos se centró en el alza de los impuestos, sobre todo en el cuero, el té, y el tabaco, decretados por Inglaterra.

Esto produjo la inconformidad entre los colones, negándose a comprar artículos ingleses, iniciándose de esta forma la practica del contrabando.

Tres naves cargadas de té fueron asaltadas en Boston por colonos disfrazados de pieles rojas y su cargamento echado al agua. Inglaterra como represalia, declaró cerrado el comercio en el puerto de Boston, abolió el derecho de libre elección de los jueces y modificó la composición de su Cámara Alta.

Tras estas determinaciones, los representantes de cada una de las colonias en el norte de América, realizaron el Primer Congreso en un 5 de septiembre de 1774, formando como acuerdo la suspensión del comercio con Inglaterra.

En la continuación del movimiento libertario, el 4 de julio de 1776, se reunió el segundo congreso de Filadelfia, declarándose la Independencia y firmándose la Declaración de Principios, escrita por Thomas Jefferson.

Este Congreso, nombró como comandante del ejército al coronel George Washington, el que dirigió con gran astucia e inteligencia la larga lucha por la liberación, la que terminó con la Capitulación de Yorkton en 1781, estableciéndose la Paz definitiva por medio del Tratado de Versalles el 3 de septiembre de 1783.

Las consecuencias de la Independencia de los Estados Unidos, se pueden reflejar en la creación de un nuevo estado, cuya importancia fue cada vez más creciente, en el debilitamiento del poder colonial inglés y en el ejemplo que se da al resto de las colonias americanas que pronto inician la formación de sus respectivas repúblicas al establecerse su independencia de España.

A partir del reconocimiento de la independencia de los Estado Unidos por España, los criollos pudieron convertirse casi libremente en clientes de los marinos y comerciantes norteamericanos o “bostonenses”, como se les llamaba. Sus barcos, con el pretexto de hacer pesca de ballena o de someterse a reparaciones, frecuentaban los puertos y hacían un activo comercio de contrabando, con o sin la tolerancia de las autoridades. Sus tripulantes, por otro lado, estimulaban a los criollos a la insurrección que los conduciría a la órbita económica de los Estados Unidos.

La ilustración



Se conoce como ilustración al movimiento intelectual, espiritual y científico que se produce en occidente y que se caracteriza por lo siguiente:


a) Creer en el poder de la razón para conocer y dominar a la naturaleza y organizar la sociedad. En el desarrollo de las ciencias destacan Volta, B. Franklin, Santiago Watt, Lavoisier, Linneo, Newton, entre otros.


b) Por la idea del progreso indefinido, ya que a medida que se produce el progreso el hombre puede alcanzar mayor felicidad. Estas ideas fueron publicadas en la obra denominada "Enciclopedia", que reseñó todo el saber del siglo XVIII y que dirigieron Diderot y D'Alembert.


c) Incentivar el espíritu critico, apoyado en ideas de libertad proclamadas por Voltaire; la división de los poderes del estado propiciada por Montesquieu; la igualdad de derechos y soberanía nacional ideadas por Rousseau.

La ilustración nacida en Inglaterra alcanzó su mayor difusión en Francia, país en el cual centro sus estudios, salones, academias y centros científicos que empaparon de estas ideas y desde allí fueron difundidas a otros países del continente europeo, llegando a convertirse el idioma francés en lengua diplomática e internacional y muchos aspectos de la vida tomaron como modelo la vida francesa.

La ilustración influyó en nuestro país integrando las llamadas “ideas ilustradas” que cuestionaban el poder de los reyes, hablaban sobre el poder del pueblo, criticaban todas las deficiencias del sistema, etc.

El despotismo ilustrado.


Los reyes que en ese tiempo gobernaban bajo ideas del absolutismo y que acogieron las ideas de la ilustración, se esforzaron en otorgar algunos beneficios y bienestar a sus súbditos, pero sin cambiar su organización política ni darles participación en el gobierno, así nació la fórmula de gobierno, que tomo por lema "todo por el pueblo, nada con el pueblo".


Estos reyes fueron llamados "déspotas ilustrados" y en su gobierno trataron de mejorar las condiciones económicas, sociales y de cultura de sus gobernados, pero sin llegar a consultar su voluntad.


La ilustración se introdujo a través de sus ideas en diversas cortes europeas como la de Prusia en la cual sobresalió el monarca Federico II, llamado el grande. Este rey hizo de su gobierno una gran potencia, llegando a tener el mejor ejército de la época, disciplinado y valiente.


La política de los reyes Borbones de España contribuyó a ahondar la rivalidad entre los criollos y españoles.


Inspirados esos soberanos y sus ministros en los principios disciplinarios, autoritarios y jerarquizantes de la Francia de donde procedían, y deseosos al mismo tiempo de corregir abusos y fomentar el progreso colonial, intervinieron con mano fuerte en América.


Esta intervención dio por resultados la implantación de reformas hechas desde arriba (expulsión de los jesuitas, ordenanza del comercio, reajuste de impuestos, etc.) y en una época en que la clase de los criollos ya se consideraba como una aristocracia dueña de las colonias tales reformas provocaron las resistencias de los criollos.

La Revolución Francesa.




La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países , en donde se desataron conflictos sociales similares, en contra de un régimen anacrónico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista.




Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715) , Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza era la base de este régimen, pero en realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se agravó por el mal gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI, gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el buen Luis.



El mantenimiento de un estado absolutista demandaba mucho dinero, ya que:


* Existía un gran número de funcionarios en el gobierno y cada uno buscaba su propio beneficio


* Se tenía que mantener un gran ejército permanente.


* La corte vivía rodeada de lujos.


Algunos ministros de Hacienda trataron de encontrar una solución a esta crisis, pero sus medidas sólo complicaron más la situación.


La invasión de Napoleón a España




Después de tener como aliado a Rusia, Napoleón Bonaparte decretó el bloqueo continental a Inglaterra. Portugal no quiso aceptar y Napoleón decidió invadirla, para lo que obtuvo el permiso del Rey de España Carlos IV para trasladar a sus tropas por su territorio hacia Portugal, pero la verdad era que quería apoderarse de España, obligó al rey a abdicar el gobierno a favor de su hermano José Bonaparte.

La reacción del pueblo español no se hizo esperar, levantándose en armas y organizando la resistencia en defensa de su territorio. La lucha duro 5 años en pos del objetivo que era arrojar a los franceses de sus tierras. En toda España se formaron juntas locales y provisionales para organizar la resistencia, además de una Junta Central para coordinar las fuerzas nacionales, tuvo como sede Andalucía.

Los ejércitos españoles lograron la derrota de los franceses con su gran triunfo en Bailén en 1808.
La Junta Central, trasladada a Cádiz, renunció a favor de un Consejo de Regencia.
Las cortes de Cádiz promulgaron una constitución, otorgándole altos poderes a las llamadas Cortes Legislativas. Mientras tanto con la ayuda de Inglaterra se consolidaba en 1812 la libertad completa de España, lográndose la huida de José Bonaparte, volviendo a ocupar el trono el Rey Fernando VII.

* La caída de Napoleón


Una de las principales causas de la caída el imperio napoleónico, fue la resistencia nacional iniciada por cada uno de los pueblos que él había invadido, al saber que sus ejércitos tuvieron un rotundo fracaso en su afán de someter a Rusia, salvándose solo unos 30.000 soldados.


Los ejércitos aliados formados por prusianos, españoles, Ingleses, italianos, austriacos, rusos y suecos, derrotaron a napoleón en la batalla de las naciones de Leipzig en 1813. Así se desmorona todo el imperio, Napoleón es desterrado a la Isla de Elda, pero no se resigna, escapando a Francia, enfrentándose en la batalla de Waterloo, siendo derrotado por un ejercito inglés y uno prusiano. Fue desterrado a la isla Santa Elena donde murió en 1821 luego de haber escrito sus memorias.

La emancipación Americana

A raíz de la invasión francesa a España, pudimos darnos cuenta que la formación de la junta central de dicho país, procuró derrotar a los franceses, pero mantuvo la lealtad al rey Fernando VII. Esta junta funcionó primero en Aranjuez, luego en Sevilla y después en León, para dar paso a la Constitución del Consejo de Regencia.


La formación de esta junta provocó en América una actitud de semejanza, de esta manera se organizaron otras similares en las colonias, las que empezaron a gobernar en nombre de Fernando VII: este fue el primer paso hacia la independencia, ya que en ellas, los criollos americanos propiciaron los ideales de libertad definitiva, la que seria conseguida tras largas contiendas contra los españoles, perdiéndose al fin la lealtad al monarca español para dar paso a la organización de las repúblicas americanas, acción que tendría como principales precursores a Francisco de Miranda, Antonio Nariño, Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O’higgins, entre otros.


Este movimiento juntista en América, se inicio en 1808 en México; luego en Quito y en La Paz en 1809, los que fracasaron en su intento emancipador. Pero ya en 1810 las ideas libertarias prenden con más fuerza y así tenemos la formación de juntas de gobierno en Caracas, Buenos Aires, Bogotá y Santiago, siendo los criollos de dichas colonias los más enérgicos adeptos, ya que contaban con la capacidad intelectual, prestigio social y medios económicos para llevar adelante las ideas de independencia que culminarían con una separación total del reino español.

Introducción a la Independencia de Chile


A inicios del siglo XIX, se produce en Chile el movimiento emancipador, que procuraría la Independencia, motivado por los acontecimientos ocurridos en Europa y estados unidos a fines del siglo XVIII.


Estos acontecimientos, a lo largo del siglo XVIII, fueron formando en las mentes de los habitantes de América, la conciencia americanista y nacionalista de independencia que jugaría un gran papel en la formación de las diversas repúblicas o estados.


Entre las figuras precursoras de la emancipación chilena, no podemos desconocer la acción protagonizada por tres prestigiosos hombres que con sus ideas propiciaron la instauración de un régimen de gobierno independiente, la supresión de la esclavitud, la distribución igualitaria de las tierras entre otras ideas. Estos hombre fueron Antonio Gramusset, Alejandro Antonio Berney y José Antonio de rojas Untuguren, los que en 1781 por sus ideas fueron delatados, protagonizando el hecho llamado “motín de los tres Antonios”, siendo el último por ser criollo sometido a una extrema vigilancia por parte del gobierno y los otros dos personajes de nacionalidad francesa, fueron enviados a España.

El motín de los tres antonios


Bajo el gobierno de Benavides se denunció la existencia de una conspiración destinada a obtener la Independencia de Chile y conocida en nuestra historia con el nombre de “conspiración de los tres Antonios”.


Dos franceses de modesta situación Antonio Gramusset, inventor fantástico y agricultor fracasado, y Antonio Berney, profesor de latín y matemáticas, llevados de su admiración por las ideas de los filósofos y de los economistas de siglo, creyeron en la posibilidad de hacer de Chile un estado soberano mediante una revolución contra las autoridades españolas. Les alentaba el ejemplo de la rebelión de las colonias inglesas de América del Norte.


Berney, que aspiraba a ser el legislador de la nueva república, había redactado las bases de su constitución política. Según ellas, el gobierno lo ejercería un poder ejecutivo colegiado, formado por un senado cuyos miembros serían elegidos por el pueblo. “Los araucanos enviarían, como los demás habitantes, sus diputados a esta asamblea. La pena de muerte no debía aplicarse a ningún reo. La esclavitud sería abolida; no habría jerarquías sociales; las tierras serían repartidas en porciones iguales. Luego que la revolución hubiera triunfado se levantaría un ejército ; se fortificarían las ciudades y las costas, no con el objeto de que Chile diera rienda suelta a la ambición de las conquistas, sino con el objeto de que se hiciera respetar, y no se atribuyera a debilidad las concesiones que le dictaría la justicia. Entonces se decretaría la “libertad de comercio” con todas las naciones del orbe, sin excepción, incluso los chinos y los negros, incluso la España misma que había pretendido aislar a la América del resto de la tierra. Berney, reconociendo la unidad del género humano, proclamaba la fraternidad de las razas como proclamaba la fraternidad de los ciudadanos de una misma republica”.


Los dos franceses se pusieron en contacto con el rico mayorazgo don José Antonio de Rojas, que residía en su hacienda de Polpaico, y, al parecer, no desaprobó sus proyectos, a pesar de ser descabellados. Rojas, que acababa de regresar de España, donde había permanecido por varios años realizando inútiles gestiones ante la corte, era un hombre culto, muy dado a los estudios filosóficos y científicos, afecto a la ideología de los filósofos y de los economistas, y decidido enemigo de la metrópoli.


A pesar del secreto guardado por los conspiradores, fueron denunciados al regente de la real audiencia. Este tribunal, de acuerdo con el gobernador Benavides, redujo a prisión a Berney y Gramusset, los sometió a proceso y los envió a Perú, a disposición del virrey (1781). Allí permanecieron cuatro años en al cárcel, siendo embarcados para España solo en 1784, con tal mala suerte para ellos que Berney pereció un naufragio frente a las costas Españolas y Gramusset murió en uno de los castillos de Cádiz en 1786.


La prisión y el proceso de Gramusset y Berney se realizaron con la más absoluta reserva, exigiéndose a todos los que participaron en estos actos, fuesen jueces, policías o testigos, el juramento de no revelar cosa alguna. Los propios cronistas de la época parece que ignoraron todo lo referente a la conspiración de los tres Antonios, pues en sus obras no hacen la menor referencia a ella.


En cuanto a Rojas y otras personas de alta situación, que aparecían comprometidas en las declaraciones de los dos franceses, no fueron llamadas a declarar ni se les molestó en lo más mínimo, extraña actitud de la justicia colonial, y que solo se explica por el deseo de evitar trascendiese al pueblo, por temor de que el intento revolucionario tomase cuerpo y pudiesen repetirse en Chile sucesos parecidos a la sublevación de Tupac Amaru en el Perú. Se llegó hasta a suspender la instrucción de las milicias.

Causas de la Independencia de Chile

Varios han sido los motivos que favorecieron las ideas de emancipación de chile, estas mencionadas como antecedentes y/o causas, aquí las agrupamos en causas externas e internas.

Causas externas:
- la influencia de la ilustración y el despotismo ilustrado
- la revolución francesa
- la independencia de EEUU
- la invasión francesa en el territorio de España

Causas internas:
- el antagonismo entre criollos y peninsulares
- la acción des despotismo ilustrado
- el crecimiento económico de chile
- la expulsión de los jesuitas

La antipatía entre los criollos y los españoles

Durante el siglo XVII, criollos y peninsulares terminaron por diferenciarse profundamente en su temperamento y en su carácter, debido a la obra del clima, del aislamiento y de las diversas proporciones en las mezclas raciales. Este antagonismo se observó ya en el siglo XVII y se intensificó en el siglo XVIII.


A pesar de hallarse unidos en la fidelidad al rey, ambos grupos sociales terminaron por odiarse. Los peninsulares o chapetones miraban como inferiores a los criollos por su imprevisión, su menor capacidad de trabajo y la sangre americana que llevaban a veces en sus venas.


Los criollos, por su parte veían en los españoles advenedizos que se adueñan de la fortuna, de los cargos y de las ricas herederas. Para ellos, los castellanos eran orgullosos en razón de su reserva; los Vascos y los Catalanes, aves de rapiña por su avaricia y su aptitud para los negocios; los Gallegos, estúpidos con lentitud mental.


En cuanto a la masa mestiza, aún no tenía sensibilidad propia, y seguía a sus patrones, a sus curas y a los caudillos de uno u otro bando.


Bastaría, pues, un hecho exterior para que la revuelta se produjera, de tal modo que sin la independencia de EEUU y la invasión napoleónica, posiblemente el movimiento se habría aplazado.

Carrasco y el Cabildo de Santiago

El hombre que acababa de subir al poder carecía en absoluto de condiciones para ello, nacido en las costas de África y hecho desde niño a la ruda vida de campamentos y audaces campañas, para llegar finalmente al grado de brigadier.

Una vez instalado en el gobierno ( sin ninguna experiencia con la vida social de la época), habito en compañía de su secretario, el doctor Rozas, y de una antigua criada negra.
En su calidad de consejero, Rozas lo convenció de dar mayor importancia al cabildo de Santiago. Entonces Carrasco eligió a 12 vecinos respetables para que asistiesen a las deliberaciones del cabildo.

* El cabildo envía un apoderado a la junta de Sevilla

Al poco tiempo, desde Buenos Aires comenzaron a llegar las alarmantes noticias de los recientes sucesos en España, lo que causo en los criollos chilenos el desprecio al rey intruso y de adhesión a Fernando VII.

Ante el envío de emisarios por parte de Napoleón, la junta de Sevilla hizo igual cosa, a fin de obtener en América el reconocimiento de autoridad en nombre de Fernando VII. Los emisarios de la junta fueron recibidos solemnemente por el cabildo, la corporación acordó en seguida reconocer la autoridad de la junta sevillana y enviar a esta un apoderado general.

* El cabildo y las nuevas aspiraciones criollas.

Las contiendas entre autoridades habían sido frecuentes durante la colonia, y una vez más se hacia presente debido a la aspiración de poder de la aristocracia criolla, que quería tener el poder de su propio país.

Más en ese momento la casi totalidad de los criollos resistía la idea de la independencia y la forma republicana del gobierno. Solo se deseaba el gobierno autónomo, sin romper con el rey.

Los desastres de las armas españolas suscitaron en la clase alta el problema de lo que vendría si España se perdiera definitivamente. Frente a él la sociedad se dividió en tres grupos:

- Peninsulares y criollos sinceramente realistas, que creían que al final, España triunfaría. Entre ellos habían oidores, militares y la mayoría del clero.

- Un grupo que llegó a ser numeroso, en el que daban por descontado el triunfo francés, y aspiraban a crear una junta para gobernar en nombre de Fernando VII.

- La gran masa de criollos, que deseaba suplantar el gobierno de españoles; pero sin trastornos y novedades.

* Aislamiento del gobernador carrasco.

La actuación de Carrasco en el asunto de la fragata “Scorpion” lo había hecho odioso y despreciable. Al mismo tiempo el cabildo, que venia actuado como representación del reino, tenia frecuentes encuentros con él.

Además al alejarse rozas de él, quedó bajo la influencia de dos personajes conservadores Judas Tadeo de Reyes y Juan Francisco de Meneses.

A esto le siguieron contrariedades que terminaron por separar al gobernador de la real audiencia y con el cabildo. Luego se produjeron acusaciones por deslealtad a Fernando VII.

Luego de un episodio, donde dos personas fueron procesadas por sostener ideas revolucionarias, donde quedaron en libertad por falta de pruebas, el gobernador Carrasco decidió castigar bajo su voluntad a conspiraciones y la propagación de noticias desfavorables a la causa de España.

Esta violenta medida produjo la reacción de alarma de la aristocracia santiaguina, entonces en la mañana del 11 de julio, la multitud se agrupó en la plaza de armas, pero Carrasco no estaba dispuesto a renunciar de sus medidas.

Esta energía del gobernador hizo subir aún más la irritación de sus enemigos.

*La renuncia forzada de Carrasco.

De este estado de ánimo de la población, se aprovecharon unos cuantos miembros del cabildo para intentar un cambio de gobierno. Sus planes eran marchar a santiago. Más sabedora de esto la Real audiencia, trato de evitar cualquier derramamiento de sangre y también la constitución de una junta de gobierno, como lo deseaba la mayoría del cabildo. Por esto, propuso a los cabildantes pedir la renuncia de Carrasco, y en su lugar poner al militar de más alta gradación. La designación podía recaer en los brigadieres, don Mateo de Toro y Zambrano o don Luís de Alva; ambos antiguos inclinados a mantener el antiguo régimen. Tales consideraciones eran, según el oculto sentir de los oidores, una garantía para poder interceder en el cabildo.

El 16 de julio, la real audiencia obtenía la renuncia de Carrasco, y allí mismo se entregó el bastón de mando al conde de la conquista.

FRANCISCO GARCÍA CARRASCO


Francisco Antonio García Carrasco Díaz (Ceuta; 15 de diciembre de 1742 - † Lima; 10 de agosto de 1813) militar español, Gobernador de Chile. El fue el que envió a Mariano Osorio a derrocar a José Miguel Carrera. Fue el último gobernador antes del proceso de independencia. Sus relaciones con Martínez de Rosas y el escándalo de la fragata Scorpion le destruyeron la poca autoridad y mandato que tenía, obligándolo a entregar el mando a Mateo de Toro Zambrano y Ureta.

El caso de la fragata "Scorpion"



Entre los barcos ingleses que en esa época hacían el contrabando en las costas de Chile, era particularmente conocida la fragata “Scorpion”, cuyo jefe, el capitán Tristán Bunker, había concertado en 1807 la introducción de mercaderías por valor de ochenta mil libras esterlinas, que serían pagadas en moneda, en piña de plata o en barras de cobre. La operación se haría en una caleta solitaria de las costas de Topocalma, en el distrito de Colchagua.


Cuando la “Scorpion” llegó allí en julio de 1808 y su capitán se puso en contacto con su principal agente de chile, el norteamericano enrique Faulkner, este y otras personas que le acompañaban le convencieron que debía hacerse nuevamente a la mar y no regresar al lugar hasta el 25 de septiembre, dando como pretexto la necesidad de un plazo para que pudieran reunirse los comerciantes que se interesaban por el cargamento.


Faulkner y sus cómplices, de acuerdo con el propio gobernador García Carrasco, habían acordado apoderarse del barco ingles, a pretexto de ser contrabandista, y repartirse la presa a espaldas de las autoridades aduaneras.


Entretanto, la fragata visitaba las costas del distrito de Coquimbo, donde el capitán Bunker se puso en contacto con otro de sus agentes, el medico inglés don Jorge Edwards, quien le hizo saber por carta que en Santiago se tramaba la captura del buque.


Sin hacer caso del aviso, el confiado Bunker se presentó con su barco frente a Topocalma el día convenido, y luego recibió la visita de Faulkner y otras personas, entre las que iba un tal Pedro Sánchez, que se decía mayordomo del marqués de Larraín y exhibía una carta de este en que prometía hacer una compra considerable siempre que las mercaderías fuesen descargadas en la bahía de Pichidangui, cerca del pueblecito de Quilimari, en el distrito de quillota.


En este punto, García Carrasco y sus cómplices habían preparado la celada, ocultando ochenta marineros armados y preparándolo todo para inspirar confianza a los contrabandistas. Un comerciante español de santiago, Pedro Arrué, amigo y contertuliano de Carrasco se haría pasar por el marques don José Toribio de Larraín, llevando en su pecho la cruz de la orden de Carlos III.


Llegada la “Scorpion” a Pichidangui, subieron a ella Faulkner, arrué y otros, a fin de formalizar el negocio. Bunker los mostró entonces la denuncia que había recibido, lo que proporciono a los asistentes la oportunidad de hacer las más ardosas protestas de sinceridad, invocando a Dios y a los santos como testigos de la bondad de sus intenciones. El falso marques de Larraín, haciendo valer el honor y la virtud de sus antepasados, se declaró incapaz de cometer tal atrocidad, manifestando además, que su vida se hallaba en manos de Bunker y los suyos.


Después de esta escena, de que el candoroso capitán se dio por satisfecho, españoles e ingleses bajaron a tierra y se procedió al embarque de las barras de cobre, operación que duro hasta después de las 9 y media de la noche. De pronto se oyeron gritos estrepitosos y fuertes palmoteos, apareciendo de improviso gran cantidad de hombres con la cabeza amarrada con pañuelos blancos y armados con pistolas y machetes, los cuales se lanzaron sobre Bunker y su gente. En pocos instantes fueron dominados por este ataque sorpresivo. El capitán y muchos de sus hombres cayeron asesinados; el resto fue apresado.


En seguida, en los mismos botes que habían servido a los ingleses para hacer el embarque del cobre, los asaltantes se dirigieron a la fragata, cuyos tripulantes esperaban descuidadamente a su capitán, que les había mandado tener preparada una cena para festejar a los que tan pacifícamele había tomado por comerciantes. La “Scorpion” fue abordada por ambos contados y sus tripulantes muertos o reducidos a prisión. Eran las diez y media de la noche del 13 de octubre de 1808.


La presa de estimada en 600 mil pesos; pero llegado el momento de declararse legitimidad y hacer el reparto, el administrador de aduana sostuvo que en razón del estado de armisticio existente entre España e Inglaterra, no se podía considerar a la fragata como nave enemiga, sino como simple contrabandista, y que, por lo tanto, su captura no daba lugar a juicio y repartición de presa de guarra sino de comiso. Como esta interpretación, que era correcta, daría participación al fisco, disminuyendo la parte de los asaltantes, carrasco declaro el caso de presa y el reparto se efectuó entre los apresadores. Con ello se cometía un sangriento ultraje a Inglaterra, aliada con España, y un fraude a los intereses fiscales de parte de los propios encargados de velar por ellos. Al doctor rozas le correspondieron más de 80 mil pesos.


El apresamiento de la “Scorpion”, realizado con la mayor perfidia, y la liquidación de la pretendida presa, efectuada contra todo derecho, causaron la más profunda impresión entre la opinión consciente de la colonia. Carrasco y todos los que planearon y ejecutaron aquel acto criminal, fueron bautizados como “escorpionistas”. Rozas hubo de alejarse del gobierno y volver a concepción, pues su prestigio había quedado destrozado.


Etapas de la Independencia

Chile, en sus afanes de independencia pasó por tres etapas bien definidas, conocidas como:

a) Patria Vieja (desde 1810 hasta 1814).

b) Reconquista Española (de 1814 hasta 1817)

c) Patria Nueva (desde 1817 hasta 1823).

La Patria Vieja


Este período se extiende desde 1810 hasta 1814. Los acontecimientos que marcan esta etapa son: su inicio con la formación de la Primera Junta Nacional de Gobierno (1810) y su término, el Desastre de Rancagua (1814).


Durante este período, la Primera Junta de Gobierno encabezada por don Mateo de Toro y Zambrano, como Presidente, cumple una importante misión, ya que luego de su formación se inicia la acción emancipadora.


En esta etapa, también tuvieron destacada participación diversos personajes ilustres como José Miguel Carrera, Fray Camilo Henríquez, Manuel de Salas, Bernardo O’Higgins, entre muchos otros.


Entre las campañas desarrolladas durante esta etapa están: Yerbas Buenas, EL Sitio de Chillán, Toma de Talca, El Quilo, Membrillar, Quechereguas y el Sitio de Rancagua que se transforma para los patriotas en derrota, que son vencidos por los realistas al mando de Osorio.


En esta ocasión O’Higgins se retira del campo de batalla, en una heroica acción, de la cual salva junto a los soldados que los siguieron abriéndose paso sable en mano por entre las filas enemigas.


La retirada lo lleva a Mendoza, donde procederá a buscar la ayuda necesaria que dará como resultado la formación del Ejército Libertador.

La primera Junta de Gobierno




Luego de diversos hechos protagonizados por el Gobernador Francisco Antonio García Carrasco. Especialmente la orden que dio de apresar a tres importantes criollos como eran José Antonio de Rojas, Juan Antonio Ovalle, procurador del Cabildo y el abogado Bernardo Vera y Pintado, situación que, contando con el repudio de muchos, produjo la renuncia del gobernador el 16 de julio de 1810, entregando el mando al Conde de la Conquista don Mateo de Toro y Zambrano, el que a petición del Cabildo de Santiago, hubo de convocar a un Cabildo Abierto el día 18 de Septiembre de 1810 de donde surgirá la Primera Junta de Gobierno, que quedó compuesta de la siguiente forma:





Presidente:




Mateo de Toro y Zambrano, Conde de la Conquista.



Vicepresidente:


José Antonio Martínez de Aldunate.


Obispo de Santiago.



Vocales:


Fernando Márquez de la Plata


Juan Martínez de Rozas


Ignacio de la Carrera


Francisco Javier de Reyna.


Juan Henrique Rosales.



Secretarios:


José Gaspar Marín


José Gregorio Argomedo.





Esta Junta de Gobierno, que al asumir se mandato conservaban la fidelidad rey Fernando VII, realizó una obra de gran trascendencia nacional la que se puede resumir en los siguientes hechos:




a) La creación de nuevos ejércitos.




b) La convocatoria para elegir un Congreso Nacional.




c) El establecimiento de la libertad de comercio.




Ch) El fortalecimiento del contacto con los criollos argentinos.




d) La colaboración con la Junta de Buenos Aires, enviando hombres que se incorporaron al ejército de criollos argentinos.




e) Se dispuso la prohibición de sacar del país el oro y la plata.




f) Se estableció la liberación del pago de impuestos y derechos por espacio de un año y medio para los libros, armas, pertrechos bélicos, imprentas, herramientas y maquinarias.

JUAN MARTINEZ DE ROZAS CORREA


Juan Martínez de Rozas Correa (1759-1813) Político y prócer de la independencia de Chile.

Nació en Mendoza en 1759, cuando esta región aun pertenecía al Reino de Chile. Hijo de Juan Martínez de Soto y Rozas y de María Prudencia Correa y Villegas. Estudió en el Colegio Nacional de Montserrat de Córdoba, donde curso filosofía y teología. En 1780 se traslada a Santiago de Chile para terminar sus estudios de Jurisprudencia civil y canónica en la Universidad de San Felipe. En 1781 se le dio el grado de bachiller en ambas facultades. En 1784 obtuvo de la Real Audiencia el título de abogado y en 1786 se graduó de doctor en cánones.

Inmediatamente después de obtener el bachillerato, consiguió la cátedra de filosofía del colegio Real de San Carlos. Adquirió grandes conocimientos en el manejo del francés, que le permitió leer y conocer las obras de Rousseau y Montesquieu.
Volvió a Santiago en 1786 con el cargo de asesor interino del capitán general y gobernador de Chile Gabriel de Avilés y del Fierro, pero perdió su asesoría por decisión de la corte de Madrid. Egresó a su puesto de consejero letrado en Concepción, pero pronto fue separado del cargo.

Nuevamente retomo la vida pública al asumir como gobernador Francisco Antonio García Carrasco, quien lo nombró su secretario. Defendió los derechos de García Carrasco a ese puesto y triunfo sobre las pretensiones de otros candidatos.

Gracias a su cercanía con el gobernador, lo convenció para que aumentase a 12 el número de auxiliadores regidores del Cabildo de Santiago, dando esos puestos a criollos y no a peninsulares. Aquella corporación se reveló contra el consejo de regencia, la Real Audiencia y contra el mismo, por lo que el gobernador dispuso la separación de su secretario. García Carrasco estaba lleno de críticas desde el llamado escándalo de la “Scorpion”, viéndose obligado a renunciar.

MATEO DE TORO Y ZAMBRANO


En la madrugada del 27 de febrero de 1811 falleció en la ciudad de Santiago el Presidente de la Primera Junta de Gobierno, Mateo de Toro y Zambrano Ureta, a la edad de 83 años, conocido como El Conde de la Conquista.
El Conde de la Conquista nació en Santiago en 1727. Sus padres fueron Carlos Toro y Zambrano Escobar, y Jerónima de Ureta y Prado.

Desde su juventud, Mateo de Toro se dedicó al ejercicio del comercio, actividad que con el pasar del tiempo le procuró una de las fortunas más considerables de Chile. En el Cabildo de Santiago desempeñó distintos cargos: fue regidor, alcalde de Aguas (1750) y alcalde Ordinario (1761).

Además, le correspondió asumir como Corregidor de la misma ciudad (1762-1769) y superintendente de la Casa de Moneda (1772). En 1770, Carlos III le concedió, a él y a sus herederos, el título de Conde de la Conquista.

Fue Gobernador de Chile en 1810, año en que asumió como presidente de la Primera Junta de Gobierno. Murió a inicios de 1811.

La sublevación indígena

Mateo de Toro y Zambrano tuvo una lucida actuación cuando, siendo Corregidor de Santiago, en 1769 se produjo una sublevación de los indígenas en la frontera de Arauco. Organizó el envío de armas, municiones y víveres de todo tipo, y habilitó -con su propio dinero- una compañía de caballería que se encargó de vigilar los pasos cordilleranos cercanos a Santiago. Asimismo, fue oficial y jefe de un cuerpo de milicias en Santiago.

Al retirarse debido a su edad solicitó, como compensación a sus servicios, que se le concediera el grado de brigadier del Ejército, lo que fue rechazado en 1801. Sin embargo, ocho años más tarde logró realizar su pretensión.

Gobernador de Chile

De acuerdo a lo dispuesto por una Real Cédula de 1806 -que establecía que en caso de vacancia en el cargo de Gobernador, este debía ser asumido por el militar más antiguo con un grado igual o superior al de coronel- Mateo de Toro y Zambrano llegó a la Gobernación del Reino cuando tenía 85 años de edad.

La situación política era compleja: muchos deseaban establecer una Junta de Gobierno que administrase los territorios durante el cautiverio del Rey Fernando VII, opinión que era especialmente defendida por el Cabildo de Santiago. Otros, en cambio, aspiraban a mantener la situación existente y no realizar modificaciones.

Ambos sectores visitaban a don Mateo para buscar su apoyo. Finalmente, el 13 de septiembre de 1810, el Cabildo logró que el Gobernador se aviniera a realizar una reunión en la que participaría la institución capitular, los jefes militares, los superiores de las congregaciones religiosas, los representantes de diversas instituciones y el vecindario noble de la ciudad, para decidir qué curso de acción tomar.

La Primera Junta de Gobierno

La reunión del vecindario noble y los jefes de corporaciones se efectuó el 18 de septiembre de 1810. Tras escuchar el dictamen del procurador de la ciudad, José Miguel Infante -quien defendió con todos sus conocimientos legales la postura favorable a la conformación de una Junta-, don Mateo renunció a su cargo. Inmediatamente, se conformó la Junta, de la cual fue elegido como Presidente.

Uno de los primeros asuntos que se debió atender fue el anuncio del arribo de Antonio Valcárcel, Marqués de Medina, quien había sido nombrado Gobernador de Chile por el Consejo de Regencia.

Toro Zambrano también participó en la discusión del decreto que, promulgado en 1811, estableció la libertad de comercio, pero no alcanzó a sellarlo con su firma pues falleció en la noche del 26 al 27 de febrero de 1811.

JUAN ENRIQUE ROSALES FUENTES


Nació en Santiago. Fue uno de los patriotas que formó parte de la Primera Junta Nacional de Gobierno. En 1808 fue elegido regidor del Cabildo de Santiago en 1810 fue designado vocal de la Junta. Perteneció al grupo de los Ochocientos, que encabezaba la familia Larraín, por su matrimonio con una dama perteneciente a esa importante familia. Fue también, miembro de las Juntas de Gobierno del 2 de abril al 2 de mayo de 1811 y presidente del Tribunal Ejecutivo del 4 de septiembre de 1811.

Durante el período de la Reconquista, fue encarcelado y desterrado a la isla de Juan Fernández. Regresó s Santiago después del triunfo de Chacabuco.

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ALDUNATE


Nació en Santiago, estudió en el Convictorio de San Francisco Javier. Doctor en ambos derechos en la Universidad de San Felipe. Fue abogado que ejerció la docencia en la Universidad de San Felipe, donde llegó, además a ser rector. Promotor fiscal del Obispado de Santiago; primer vicario general y canónico de Santiago en 1758. Vicario capitular en 1788. En 1804 el Papa Pío VII lo eligió Obispo de Huamanga. Fue presentado en 1809 por el Consejo de Regencia para el Obispado de Santiago. Llegó a Valparaíso en noviembre de 1810 gravemente enfermo. No obstante, en diciembre de ese año como posesión del Obispado como electo; pero no consta que haya sido instituido canónicamente por el Papa como Obispo de Santiago. Su figuración en nuestra historia deriva de que el Cabildo abierto del 18 de Septiembre de 1810 lo eligió Vicepresidente de la Primera Junta Nacional de Gobierno. Murió en Santiago en abril de 1811.

JOSE GREGORIO ARGOMEDO MONTERO


Nació en San Fernando. Hizo sus estudios superiores en Universidad de San Felipe donde obtuvo el título de abogado. El 18 de Septiembre de 1810 fue elegido secretario de Primera Junta de Gobierno.

JOSE GASPAR MARIN ESQUIVEL


Ilustre patriota nacido en La Serena. Llegó a se catedrático y prestó grandes servicios s la causa de los patriotas en los días de 1810. Se casó con la heroína Luisa Recabárren, que fue recluida por los realistas poco antes de la batalla de Chacabuco como sanción por sus ideas y su participación a favor de la independencia de Chile. José Gaspar Marín se graduó con el título de doctor en teología, sagrados cánones y leyes en la Universidad de San Felipe.

En 1808 fué designado asesor del consulado. Al producirse los acontecimientos del mes de septiembre de 1810, fue nombrado secretario de la Primera Junta de Gobierno y luego ocupó el mismo cargo en la Junta Gubernativa de 1811.

Ocupó los cargos de diputado y senador durante la Patria Vieja. En 1823 fue Fiscal de la Corte Suprema de Justicia y entre 1825 y 1834 diputado y senador

IGNACIO DE LA CARRERA CUEVAS


Nació en Santiago en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia colonial. Casó con Francisca de Paula Verdugo Valdivieso. Fue oficial del Regimiento de Caballería de Milicias del príncipe en el cual llego al grado de Coronel. Pidió su retiro en 1803. En 1810 fue miembro de la Primera Junta Nacional de Gobierno: vocal del Tribunal Superior de gobierno en 1811 y miembro de la Junta Provisional de Gobierno en 1812. En 1817 sufrió persecuciones y pena de cárcel como consecuencia de las pugnas políticas en que se vieron envueltos sus hijos. Juan José, José Miguel, Luis y Javiera.

FRANCISCO JAVIER DE LA REYNA


Nació en España, militar de ejército de línea, ostentaba el grado de coronel al momento de constituirse la Primera Junta de Gobierno, de la que fue designado vocal.

FERNANDO MÁRQUEZ DE LA PLATA U OROZCO



Nacido en Sevilla, España, se graduó de doctor en leyes. Viajó más tarde a América en calidad de Oidor de la Real Audiencia. De allí -y siempre como alto funcionario de la Real Audiencia- se trasladó a Ecuador y más tarde a Chile. Cuando comenzaron los movimientos que habrían de conducir a la Independencia de Chile, tenía el alto cargo de Consejero de Indias. Se encontró entre dos fuegos. Optó por la autonomía. Fue vocal de la Primera Junta Nacional de Gobierno de 1811 y Presidente del Tribunal Superior de Gobierno. Debió abandonar Chile en los días de la reconquista. Se estableció en Mendoza. Retornó al país después de Chacabuco (1817) llegó a ser regente de la Corte de Justicia, cargo en el cual le sorprendió la muerte.

El motín de Figueroa


Con motivo de que la Junta de Gobierno convocó a elecciones para constituir un Congreso Nacional, los realistas adoptaron actitudes contrarias a esta iniciativa, llegando incluso al alzamiento de las tropas encabezadas por el coronel español Tomás de Figueroa. Este hecho protagonizado el 1º abril de 1811 se conoce con el nombre de "Motín de Figueroa".


En la fecha ya mencionada, el coronel español sacó sus tropas a las calles de Santiago y las ubicó en Plaza de Armas. Quería convencer de esta manera a los Oidores de la Real Audiencia de que había llegado el momento de derrocar al gobierno de los patriotas en defensa del rey y de la iglesia. Avisada la Junta de la situación se ordenó salir a la calle al Batallón de Granaderos, comandado por Juan de Dios Vial, el que apareció por el lado sur de la Plaza de Armas. Como Figueroa se negara a rendirse comenzaron las descargas. Las tropas realistas retrocedieron y terminaron por huir en tanto que su jefe buscaba protección en el Convento de Santo Domingo.


Fue apresado y fusilado al día siguiente en la cárcel pública. Tomás de Figueroa aceptó la responsabilidad del movimiento como solamente suya ; antes de enfrentar a los fusileros recibió los auxilios religiosos de Fray Camilo Henríquez y al momento de la ejecución la aceptó con valentía diciendo al capitán al mando don José Portales ¡Amarra fuerte, capitancito! Antes de caer abatido.


La Junta de Gobierno y dentro de ella Juan Martínez de Rozas, vieron en estos hechos la intervención de la Real Audiencia, cuerpo decididamente monarquista, por lo que decidieron su supresión definitiva, constituyéndose en la principal medida adoptada por el organismo de gobierno.


En su reemplazo se creó la Corte de Apelaciones, cuyos fallos podían se apelados ante el Consejo de Indias, en España.

El primer congreso nacional


La Primera Junta Nacional de Gobierno constituida el 18 de Septiembre de 1810, tuvo clara conciencia de que ella representaba solo a los principales vecinos de Santiago. Era necesario constituir mediante elecciones, un congreso nacional que fuera depositario de la soberanía nacional. Ese congreso, además debía elegir a la junta ejecutiva de gobierno que, de esta manera, no solo representaría a todo el país, sino que, regiría mientras durara el cautiverio de Fernando VII.


Estas primeras ideas políticas demuestran que por aquellos días existía ya la idea de gobierno representativo en oposición a la idea de monarquía absoluta. La elección de los representantes para el congreso nacional culminaría el 1º de abril de 1811 situación que tuvo que trasladarse para el 6 de mayo del mismo año dado que en la primera fecha se alzó en armas el coronel Tomás de Figueroa.


Realizada la elección, el Congreso fue inaugurado solemnemente el 4 de julio de 1811.


Los diputados elegidos se constituyeron en asamblea, poniéndose terminó al mandato de la Primera Junta de Gobierno formándose una asamblea gubernativa o Directorio Ejecutivo que tuvo en sus manos el gobierno de Chile. Con la supresión de la influencia que ejercía Rozas y los ochocientos en el gobierno.


En el Congreso se advirtieron desde primer momento de sus deliberaciones tres tendencias políticas: la realista, la moderada y la exaltada. Con estas tres líneas de ideas se constituyó el congreso con 42 diputados de los cuales 4 eran realistas, 24 moderados y 14 exaltados.


Con la instalación del Primer Congreso Nacional, este organismo tuvo que ejercer poderes ejecutivos, legislativos y judiciales mientras se formaba una junta ejecutiva.


Esto trajo trastornos que se tradujeron en los pronunciamientos de los hermanos Carrera, el primero de los cuales ocurre el 4 de septiembre de 1811, apoyado por el grupo de los exaltados. El primer congreso se disolvió el 2 de diciembre de 1811 y entre sus obras podemos señalar las siguientes:

· Formación de una segunda Junta de Gobierno integrada por Martín Calvo Encalada, Juan Mackenna, Rosales, Rozas y Marín.

· Creación de la Provincia de Coquimbo.

· Establecimiento del Supremo Tribunal Judiciario.

· Se declaró libres a los hijos de los esclavos, así como a los esclavos que llegaran al territorio nacional.

Esta declaración tuvo a su principal inspirador al distinguido filántropo don Manuel de Salas, conociéndose esta ley como " libertad de vientre".


En todo caso no podemos desconocer que, aún con la instalación del Congreso, en la provincia de Concepción seguía gobernándose bajo las ideas de Rozas, en cambio en Santiago eran los Ochocientos quienes ejercían el gobierno.

Los ochocientos

Los Ochocientos constituyeron un grupo político que se gestó y actuó bajo el patrocinio de la poderosa familia Larraín en los días de la independencia. Por eso se les llamaba también “Los Larraín”. Carrera, siempre miró con desconfianza el excesivo poder y orgullo de esta casa llamada “la casa otomana”.


Cabezas visibles de los ochocientos eran Fray Joaquín Larraín y el canónigo Vicente Larraín Salas, junto a Juan Mackena, Antonio José de Irisarri, Juan Enrique Rosales y Francisco Antonio Pérez García. La lucha por el poder que se instaló Carrera y los ochocientos duro todo el año 1811. Fray Joaquín afirmaba orgulloso “todas las presidencias las tenemos en casa: yo presidente del congreso; mi cuñado del ejecutivo; mi sobrino, de la audiencia. ¿Qué más podría desear?”. “¿y quien tenía la presidencia de las bayonetas?” – respondió carrera poco tiempo después. En noviembre de ese año, carrera derrotaba a los Larraín por tener, precisamente la presidencia de las bayonetas.

JOSE MIGUEL CARRERA VERDUGO


Fue considerado uno de los principales promotores del movimiento independentista en Chile.
Nació en Santiago el 15 de octubre de 1785, siendo su padre el coronel de las milicias reales Ignacio de la Carrera, y su madre, Paula Verdugo, miembro de la aristocracia santiaguina.
En 1792 ingresó a estudiar en el Convictorio Carolino, donde destacó por su fuerte personalidad e inteligencia, transformándose ya en esa época en un líder.
Pronto abandonó el Convictorio e ingresó (a los nueve años) como cadete al regimiento de Caballería del Príncipe, en donde llegó a ser teniente en 1805.
Antes de cumplir los 18 años, enfrentó tres procesos criminales en los que había participado.



Su Juventud en España


Su padre decidió mandarlo a Lima (Perú) después de saber de sus andanzas criminales. Como continuó con sus correrías, retornó al poco tiempo a Santiago.
En 1807, fue enviado a España, donde se unió a los Voluntarios de Madrid y los Húsares de Farnesio, organizaciones del ejército español que luchaban contra Napoleón.
En este período, participó en más de veinte contiendas, siendo las más importantes los combates de Yébenes y río Guadiana y las batallas de Talavera y de Ocaña, en donde fue herido (1809). Producto de esto último fue trasladado a Cádiz, lugar en el que fue posteriormente condecorado con la cruz de Talavera y ascendido a sargento mayor del regimiento de Húsares de Galicia (1810).
Además, en este puerto se enteró del ambiente independentista que había en Chile y de la instauración de la Primera Junta de Gobierno en Santiago, de la que formaba parte su padre. Por esta razón, decidió regresar a Chile el 26 de julio de 1811.



 Carrera al poder


Ya establecido en Santiago, y viendo que la situación política era compleja, el 4 de septiembre de 1811, junto a sus hermanos Juan José y Luis, dio un golpe de Estado, que tuvo por objetivo poner a la cabeza del Primer Congreso Nacional a los personeros que realmente deseaban independizarse de España. Así fue que se constituyó una nueva Junta de Gobierno, que él presidió.
Sin embargo, como las disputas continuaron entre políticos y militares, Carrera decidió dar un segundo golpe el 15 de Noviembre del mismo año, reemplazando a la junta por otra. Esta estuvo integrada por él, Gaspar Marín y Juan Martínez de Rozas, pero como este último se encontraba fuera de Santiago fue sustituido por Bernardo O'Higgins. Al poco tiempo, Marín y O'Higgins renunciaron, quedando solo Carrera en el poder.
Durante su mandato, llevó a cabo varias iniciativas y obras. Entre las más importantes están:
- Creó la Aurora de Chile, el primer periódico nacional.
- Se promulgó la primera Constitución Política, denominada "Reglamento Constitucional de 1812".
- Dispuso que los monasterios tuvieran escuelas de hombres y de mujeres.
- Mejoró los hospitales de Santiago.
- Se crearon la primera bandera y el primer escudo nacional.



 Guerra por la Independencia


Al enterarse de la noticia de que fuerzas peruanas enviadas por el virrey del Perú, Fernando de Abascal, habían invadido Chile, Carrera abandonó la vida política y asumió el mando del ejército como comandante en jefe. Sin embargo, como no tuvo éxito en las contiendas, especialmente por el fracaso sufrido en el sitio de Chillán (en agosto de 1813), fue reemplazado por Bernardo O'Higgins.
Después de entregar el mando a O'Higgins en Concepción, marchó hacia Santiago, pero en el camino fue tomado prisionero por los realistas y conducido a Chillán en compañía de su hermano Luis (3 de marzo de 1814).
Entretanto, el director supremo de ese entonces, Francisco de la Lastra, negoció con los realistas el tratado de Lircay (3 de mayo de 1814), una tregua donde los chilenos reconocían como soberano a Fernando VII y los españoles al gobierno existente en ese momento en nuestro país. Además, se especificaba que los prisioneros de guerra serían liberados. Pero esta medida no se aplicó a los hermanos Carrera, porque dentro del tratado se incluyó una cláusula secreta que establecía que estos hombres serían entregados al gobierno y luego deportados, debido a que su libertad implicaba inestabilidad política.
Ante tal hecho, José Miguel y Luis lograron escapar desde su reclusión en Chillán con la ayuda de jefes militares de esa ciudad. Al llegar a Santiago, José Miguel no aceptó los acuerdos del tratado de Lircay y nuevamente dio un golpe de Estado (23 de julio de 1814), destituyendo el gobierno encabezado por De la Lastra.
La toma del poder de Carrera no fue aceptada por O'Higgins, por lo que junto a sus tropas marcharon hacia Santiago, siendo derrotados en el combate de las Tres Acequias (26 de agosto de 1814) por los soldados al mando de Luis Carrera.
Luego de esto, O'Higgins se enteró de la noticia de que el virrey del Perú había enviado a Chile una nueva expedición, a cargo de Mariano Osorio. Esto obligó a O'higginistas y Carreristas a detener sus peleas para unirse en la defensa de la revolución.
Sin embargo, las fuerzas patriotas sucumbieron ante los realistas en el desastre de Rancagua (octubre de 1814), debiendo José Miguel Carrera (así como muchos patriotas) emigrar a Mendoza.
Su estadía en Argentina no fue de lo mejor, ya que José de San Martín lo mandó a prisión, para luego relegarlo a Buenos Aires.
En esta ciudad, no encontró buena acogida, por lo que decidió viajar a Estados Unidos, con el fin de reunir fondos y armas para liberar a Chile del dominio realista.
En febrero de 1817, volvió a Buenos Aires, pero el director supremo argentino, Juan Martín de Pueyrredón, le confiscó sus pertenencias y lo tomó prisionero. José Miguel nuevamente logró huir y se asiló en Montevideo (Uruguay).



 Fusilamiento de Carrera


Carrera debió abandonar Montevideo debido a las presiones del gobierno argentino. A su regreso a Buenos Aires, tomó parte en la lucha entre los unitarios y federalistas, apoyando a estos últimos, que lograron la victoria en la batalla de la Cañada de Cepeda (febrero de 1820). Sin embargo, los federalistas no lo ayudaron, como le habían prometido, para poder regresar a Chile.
Por ello, decidió internarse en las pampas, junto a soldados chilenos, con la esperanza de cruzar la cordillera y llegar a Chile, pero se encontraron con las tropas del coronel José Albino Gutiérrez en Punta del Médano. Fue apresado y condenado a muerte y su fusilamiento se produjo el 4 de septiembre de 1821 en Mendoza.