El virrey Abascal, después de asentar fuertemente su autoridad en el Perú y en Quito, concibió la posibilidad de someter a los patriotas chilenos y argentinos atacándolos simultáneamente. Para ello, el ejército del Alto Perú avanzó sobre Tucumán, mientras un división organizada en Chiloé se dirigía sobre Santiago. La primera que lograra éxito debía auxiliar a la otra, transmontando la cordillera de los Andes.
El brigadier don Antonio Pareja, acompañado de un cuadro de oficiales y clases, fue enviado a Chiloé, donde la población se mantenía afecta a la causa real y donde le fue fácil levantar un cuerpo de tropas. Con ellas se embarcó para Corral, donde incorporó a su ejército de guarnición de Valdivia, cuya plaza fue colocada por las autoridades a las órdenes del jefe invasor. Con ello, su división alcanzó a la cifra de 2.730 hombres, distribuidos en tres batallones de infantería y una brigada de caballería (marzo 1813).
Con estas fuerzas desembarcó en San Vicente, en la bahía de Talcahuano, a fines de marzo. Concepción se entregó y sus tropas pasaron a engrosar las de Pareja, que se vio así a la cabeza de más de 4000 hombres de las tres armas y dueño de una reserva considerable de armamento que le iba a servir para poner en pie de guerra las milicias de la provincia de concepción, es decir, de la región hasta el Maule, cuyas poblaciones se manifestaban poco dispuestas a luchar por la patria a causa de los trastornos que habían causado en la agricultura y el comercio, las hostilidades entre Carrera y Rozas durante el año anterior. Por lo demás existían allí numerosas familias realistas ( Urrejola, Lantaño, Alarcón, Contreras) y un activo clero español, dentro del cual no eran los franciscanos de Chillán lo menos exaltados. En esta ultima ciudad, el ejército realista alcanzó a la cifra de 6000 soldados, a cuyo frente avanzó Pareja al norte, en demanda de la capital.
REACCIÓN DE
Al saberse en Santiago el desembarco de Pareja, se reunieron la junta de gobierno u el senado para tomar las medidas del caso.
El senado, aplicando uno de los artículos constitucionales, que lo facultaban para suspender la constitución "en el caso de importar a la salud de la patria amenazada", reorganizó la junta de gobierno, integrándola con don José Miguel Infante, don Agustín de Eyzaguirre y don Francisco Antonio Pérez. Con ello, las dos fracciones de la aristocracia se unían en el gobierno, dispuestas a movilizar todos los recursos de que disponían en la provincia de Santiago.
Carrera fue designado general en jefe, con la misión de defender la línea del Maule porque bien se comprendía la pérdida de la provincia de Concepción.
Desgraciadamente, Carrera carecía de condiciones militares.
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