miércoles, 24 de septiembre de 2008

El gobierno de Osorio.

Restablecimiento del ré­gimen colonial.

La reconquista española no fue caracterizada en Chile por los actos de crueldad que la ensangrentaron en otros países, como Venezuela, Nueva Granada y México. La moderación observada generalmente por los patriotas no daba lugar a violentas represalias. Osorio, por otra parte, era un jefe humano y culto que deseaba evi­tar inútiles horrores.


Sin embargo, los tiempos eran de reacción: Fernando VII, restau­rado en el trono en 1814, enviaba nuevos refuerzos a América y abo­lía la constitución del año 1812 para gobernar como un monarca ab­soluto. Osorio hubo, por esto mismo, de establecer en Chile las insti­tuciones coloniales:


1) Designación de un nuevo cabildo.


El cabildo de Santiago fue disuelto por Osorio y reemplazado por otro elegido entre los chilenos de posición social que se habían mostrado desafectos a la revolución, y entre los comerciantes españoles que se hallaban vinculados a familias del país. Con ello trataba de hacer cesar las rivalidades que ya se manifestaban entre criollos y peninsulares dentro del partido rea­lista.


2) Publicación de la "Gaceta de gobierno".


A fin de contra­rrestar la propaganda hecha por la prensa revolucionaria, se creó el periódico titulado "Gaceta del gobierno de Chile", qué fue confec­cionado con el escaso material de imprenta que dejara Carrera al emigrar a Mendoza.


3) Revocación de las leyes dictadas por los patriotas.


Aunque Osorio había salido del Perú como ardiente partidario del régimen constitucional implantado en España, no tardó en adherir al resta­blecimiento del absolutismo por Fernando VII. Así, volvieron a en­trar en vigencia las disposiciones sobre la esclavitud, sobre la venida de extranjeros y sobre el monopolio comercial; fueron suprimidos el Instituto Nacional y la Biblioteca, y se dejaron sin efecto las dispo­siciones sobre derechos parroquiales y dotación de curas.


4) Restablecimiento de la real audiencia y de la Inquisición.



Sobre la base de tres oidores de la antigua audiencia (Aldunate, Basso y Berri y de Santiago Concha), y con el nombramiento de oidor interino del doctor Rodríguez Aldea, se repuso la real audien­cia. Igualmente fueron restablecidas la Inquisición y la Compañía de Jesús, instituciones en las cuales veía el monarca poderosos soste­nes del sistema absoluto (1814), aunque la segunda de ellas no alcan­zó a volver a sus colonias.

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