miércoles, 24 de septiembre de 2008

Composición de los ejércitos.

A principios de 1817 estaba terminada la organización del ejército de los Andes. Sus fuer­zas se descomponían como sigue:


Batallón de artillería (Sargento mayor Pedro Regalado de la Plaza) --> 258

Batallón N.° 1 de cazadores (Teniente coronel Rudecindo Alvarado) -->594

Batallón N.° 7 de infantería (Teniente coronel Pedro Conde) --> 802

Batallón N.° 8 de id. (Teniente coronel Ambrosio Cramer) --> 814

Batallón N.° 11 de id. (Coronel Juan Gregorio de LasHeras) -->718

Regimiento granaderos a caballo (Coronel Matías Zapiola) -->802

Total -->3.988


La artillería constaba de 10 cañones de campaña de a 6, dos obuses de 6 pulgadas y 9 piezas de montaña de a 4, con 2.000 balas de cañón y 200 de metralla. La infantería y la caballería disponían de 900 mil cartuchos de fusil y carabina.


Si reducido en su número, el ejército de los Andes era, en cambio, fuerte por su organización, su disciplina y los elementos de todo orden con que contaba. Entre estos últimos hay que mencionar más de 7.000 muías de silla, cerca de 2.000 muías de carga y 1.600 caballos; una gran cantidad de víveres y una regular provisión de tabaco, yerba mate, vino y aguardiente.


San Martín, que al principio había pensado formar con los emi­grados cuerpos exclusivamente de chilenos, optó finalmente por in­corporar la mayor parte a los regimientos argentinos, enviar a otros a Chile a agitar la opinión de este país y constituir con los demás los cuadros de oficiales del futuro ejército chileno.


La bandera del ejército de los Andes fue la azul, celeste y blanco de la nacionalidad argentina; pero, a diferencia de la que ahora se usa, era compuesta de sólo dos fajas paralelas al asta, y en cuyo centro se hallaba el escudo de armas del Estado, orlado por dos ramas de laurel y coronado por el sol naciente. Una señora chilena, esposa de uno de los emigrados, doña Dolores Prats de Huici, que tenía una rara habilidad en los trabajos de la aguja, se encargó de bordar con seda en la tela del estandarte estos emblemas de li­bertad, de luz y de victoria.


El ejército realista.

La invasión no permitió a Marcó con­centrar su ejército, que en ningún caso era inferior a 4.500 hombres, descompuestos en los siguientes cuerpos:


Batallón de infantería de Concepción (comandante Campillo) --> 700

Batallón de infantería de Chillan (comandante Alejan­dro) -->700

Batallón de infantería de Chiloé (comandante Arenas) -->700

Batallón de infantería de Valdivia (comandante Piquero) -->700

Batallón de infantería de Talavera (comandante Maroto) -->700

Total --> 3.500


Carabineros de la Concordia (comandante Quintanilla) --> 200

Húsares de Abascal (comandante Barañao) -->200

Dragones (comandante Morgado) --> 400

Total --> 800


Artillería (comandante Cacho) --> 250

Total general --> 4.550


La mayor parte de estas fuerzas estaba formada por tropas vete­ranas que habían hecho las campañas de la Patria Vieja o combatido contra Napoleón, como los soldados del batallón de Talavera. Los cuerpos habían sido completados por Marcó del Pont con el recluta­miento de gente hecho en los distritos del sur, porque la de Santiago no le inspiraba confianza. En realidad era aquel un ejército chileno-español.


Desgraciadamente para la causa real, de sus efectivos sólo alcan­zaron a concentrarse en la cuesta de Chacabuco, para cerrar el paso a los 3.500 chileno-argentinos de San Martín, 1.660 hombres, tal vez los que se retiraron de la zona de Aconcagua y los que se pudo enviar desde Santiago. De ellos 1.400 pertenecían a los batallones Talavera, Valdivia y Chiloé, y 250 a los húsares. Su jefe era el bri­gadier don Rafael Maroto.

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